La ecología integral humanista está en función de responder al llamado que hace el Papa Francisco a invitar a científicos, ecologistas, economistas y técnicos de todas las ramas a un gran diálogo que tiene como objetivo la construcción de la sostenibilidad social y ambiental.

Este aporte de diferentes disciplinas hace que el modelo de Ecología Integral Humanista pueda integrar de manera balanceada las dimensiones de Bienestar Común y Cuido de la Casa Común. El Papa Francisco en Laudato si’ define ecología integral como: aquella que incorpora claramente “las dimensiones humanas y sociales” (No. 137). De esta manera se toman en cuenta áreas como la vida cotidiana, el desarrollo económico, el estado de la sociedad, el tema cultural y el cuidado ambiental.

El bien común consiste en una medición del bienestar colectivo, mismo que se define como: la capacidad de una nación de satisfacer las necesidades básicas de la población, además de poder ofrecer a sus ciudadanos y residentes los instrumentos e infraestructura para mejorar su calidad de vida. Así mismo se procura el despliegue de un contexto en el cual cada individuo tenga la oportunidad de alcanzar su pleno potencial. Posteriormente se suma la eficiencia con que el crecimiento económico se convierte en bienestar colectivo es decir, se establece una correlación entre el crecimiento económico y el crecimiento del bien común.

En el momento en que un país puede convertir su crecimiento en forma más que proporcional en bien común saldrá bien calificado en este criterio. Por el contrario, las naciones que solo crecen en términos económicos pero generan desigualdad y poco avance del bienestar colectivo serán mal calificadas en este criterio.

Dimensión 1 – Bienestar Colectivo.

Dimensión 2 – Eficiencia en convertir crecimiento económico en bienestar colectivo.

La medición del Cuido de la Casa Común se basa en el trabajo del Environmental Policy Institute de la Universidad de Yale, a través del Índice de Desempeño Ambiental (IDA); y del Global Footprint Network. A partir de la medición de la relación entre biocapacidad y la huella ecológica; estas organizaciones se dedican a medir el estado del ambiente en las naciones y el mundo. En primer lugar, el IDA mide el impacto del ambiente de cada nación sobre la salud humana y en segundo lugar, la vitalidad de los ecosistemas de cada nación y del planeta mismo. Estos serán los responsables de generar la biocapacidad que se requiere para abastecer las necesidades de las personas en cada nación, además de conservar el planeta para las futuras generaciones.

Dimensión 1 – Desempeño Ambiental.

Dimensión 2 – Balance Ambiental (huella ambiental).